Carta de amor para tu padre para despedidas

Querido Nommmaaa,

No sé por dónde empezar esta carta, pero sé que tengo que hacerlo. Lo primero que quiero decirte es que esto no es un adiós. Sé que puede sonar a cliché, pero es la verdad. Esto no es un adiós, es un hasta luego. Un hasta luego que espero que no sea demasiado largo.

Desde que era pequeño, siempre me has enseñado a soñar. Me has enseñado a mirar al cielo y a imaginar que podía alcanzarlo. Me has enseñado a creer en mí mismo y a luchar por mis sueños. Y por eso, te estaré eternamente agradecido.

Recuerdo cuando me llevaste a ver el arco del triunfo en París. Me sentí como un niño pequeño, maravillado por la belleza de esa construcción. Me dijiste que era un símbolo de la victoria y que yo también podía ser un triunfador si me lo proponía. Ese día, me sentí invencible.

También recuerdo cuando fuimos a bañarnos en el mar. Me enseñaste a nadar y me dijiste que el agua era como la vida: a veces tranquila y otras veces agitada, pero siempre hermosa. Me dijiste que tenía que aprender a nadar en cualquier situación, porque la vida es impredecible. Ese día, aprendí una lección que nunca olvidaré.

Y cómo olvidar cuando visitamos la catedral de Notre Dame. Me contaste la historia de esa construcción y me dijiste que era un lugar sagrado. Me dijiste que allí podía encontrar paz y que podía hablar con Dios. Ese día, sentí que estaba en un lugar mágico, lleno de ensoñación.

Pero ahora, las cosas han cambiado. Me voy lejos de casa, lejos de ti. Y aunque sé que esto no es un adiós, siento que me alejo de todo lo que conozco. Me alejo de tus abrazos, de tus consejos, de tus risas. Me alejo de todo lo que me hace sentir seguro.

Pero sé que tengo que hacerlo. Tengo que irme para encontrar mi camino, para luchar por mis sueños. Tengo que irme para demostrarte que todo lo que me enseñaste no fue en vano. Tengo que irme para volver algún día, con la cabeza en alto y el corazón lleno de alegría.

Así que, aunque esto no es un adiós, quiero que sepas que te voy a extrañar. Te voy a extrañar más de lo que puedo expresar con palabras. Pero también quiero que sepas que te llevo en mi corazón, que te llevo conmigo a donde quiera que vaya.

Gracias por ser mi padre, mi amigo, mi guía. Gracias por enseñarme a soñar, a luchar, a amar. Gracias por todo lo que has hecho por mí. Espero que algún día pueda devolverte todo lo que me has dado.

Hasta luego, Nommmaaa.

Con todo mi amor,

Tu hijo.