Carta de amor inolvidable para tu hija

Querida Nommmaaa,

Hoy me he despertado con una emoción que no puedo describir con palabras. Es como si mi corazón estuviera lleno de alegría y esperanza, como si todo lo que me rodea fuera un carnaval de colores y sonidos. Y es que, mi querida hija, hoy quiero escribirte una carta de amor para no olvidar.

Recuerdo cuando eras pequeña y te llevaba a la feria. Tu cara se iluminaba al ver las luces de colores, los puestos de algodón de azúcar y las atracciones que te hacían gritar de emoción. Y yo, como madre, no podía evitar sentirme feliz al verte tan contenta. Esos momentos son para no olvidar.

Pero no solo de ferias y atracciones vive el amor. También hay momentos más íntimos, como cuando te llevé a tu primer concierto. Recuerdo que estabas nerviosa y emocionada a partes iguales. Y cuando empezó a sonar la música, tus ojos brillaron como nunca antes los había visto. Fue un momento mágico, de esos que se quedan grabados en el corazón para no olvidar.

Y hablando de música, ¿recuerdas cuando fuimos a ver la campana más grande del mundo? Estábamos en una pequeña ciudad de Europa y nos dijeron que la campana sonaba cada hora. Esperamos pacientemente a que llegara el momento y, cuando empezó a sonar, sentimos una emoción indescriptible. Era como si la campana nos hablara directamente al corazón. Fue un momento único, para no olvidar nunca.

Pero no todo en la vida son momentos felices. También hay momentos difíciles, momentos en los que necesitamos un poco de alcohol para olvidar. Recuerdo cuando te rompieron el corazón por primera vez. Estabas destrozada y yo no sabía cómo consolarte. Así que te preparé un té con un poco de whisky y nos sentamos en el sofá a hablar. Fue un momento triste, pero también fue un momento de conexión entre madre e hija. Un momento para no olvidar.

Y así, mi querida Nommmaaa, podríamos seguir recordando momentos para no olvidar. Momentos de risas, de lágrimas, de alegría y de tristeza. Momentos que nos han hecho crecer juntas y que nos han unido aún más. Porque el amor no es solo un sentimiento, es una experiencia que se vive día a día.

Espero que algún día puedas leer esta carta y recordar todos estos momentos con una sonrisa en el rostro. Porque, aunque el tiempo pase y las cosas cambien, el amor que siento por ti nunca cambiará. Eso es algo que siempre debes tener presente.

Con todo mi amor,

Mamá.