Carta de amor para tu madre de reconciliación

Querida Nommmaaa,

No sé por dónde empezar, pero lo que sí sé es que te quiero tanto. Desde que tengo uso de razón, siempre has estado ahí para mí, como una luz que ilumina mi camino. Eres mi guía, mi apoyo, mi todo. Y aunque a veces no lo demuestre, te admiro profundamente por todo lo que has logrado en la vida.

Recuerdo cuando era pequeño y me llevabas al parque a jugar. Me encantaba ver cómo te reías y cómo te divertías conmigo. Me hacías sentir tan especial, tan amado. Y aunque ya no somos aquellos niños, siempre guardo en mi corazón esos momentos de plenitud que compartimos juntos.

Sé que a veces he sido un poco difícil, que he cometido errores y te he hecho sufrir. Pero quiero que sepas que nunca ha sido mi intención. A veces me siento como un animal herido, con la cabeza llena de dudas y miedos. Pero tú siempre has estado ahí para curar mis heridas y ayudarme a encontrar el camino correcto.

No sé si te lo he dicho suficientes veces, pero mamá, te quiero tanto. Eres la persona más importante en mi vida y no puedo imaginar mi existencia sin ti. Eres mi roca, mi refugio, mi chaqueta en los días fríos. Y aunque a veces no lo parezca, siempre estás en mis pensamientos y en mi corazón.

Quiero que sepas que siempre voy a estar aquí para ti, para apoyarte en todo lo que necesites. Quiero ser tu luz en los días oscuros, tu fuerza en los momentos difíciles. Quiero que sientas que eres amada y valorada, porque eso es lo que eres para mí.

En resumen, mamá, te quiero tanto. Eres mi todo y siempre lo serás. Gracias por ser la mejor madre del mundo y por enseñarme lo que significa el amor incondicional. Te admiro por tu fortaleza, tu sabiduría y tu bondad. Y aunque a veces no lo demuestre, siempre estaré agradecido por todo lo que has hecho por mí.

Con todo mi amor,

Tu hijo.